Gareca-Cueva, una de aquellas duplas del fútbol

Min. 94: el árbitro pita y con el primero que se abraza es con Cueva. No es casualidad.
Tal vez, la pareja táctica más famosa del fútbol sea la que formaron Rinus Michel y Johan Cruijff en la célebre ‘Naranja Mecánica’. Es decir, la selección holandesa que deslumbró en la segunda mitad de los años 70. Michel, el entrenador, tenía en su mente el denominado ‘fútbol total’, y Cruijff era la pieza que le permitía implantar esta idea en el campo de juego, pues era el ejemplo perfecto de futbolista en este esquema. 

Sin embargo, no se debe confundir esta dupla con otras del estilo Bilardo-Maradona, pues el director técnico argentino es cualquier cosa menos un romántico con ideales futbolísticos. Él representa el pensamiento más pragmático, y su famoso 3-5-2 no es más que uno de los tantos esquemas con que experimentó para que la albiceleste pueda aprovechar al máximo el plantel que tenía, con Maradona a la cabeza. Es decir, no es que Bilardo tuviera un paradigma en la cabeza y que, luego, Maradona le permitiera ejecutarlo. No, lo suyo fue un trabajo por así decirlo ‘inductivo’ opuesto al deductivo.

Francisco 'Pacho' Maturana y Carlos 'el Pibe' Valderrama.
Ya en los años 90, apareció un romántico del fútbol en un país que hasta ese entonces tenía poca tradición futbolística: Colombia. El poeta no era otro que Francisco Maturana. Con las ideas bien claras sobre lo que era el fútbol de su país y cómo debía jugar; logró formar una de las selecciones más líricas del planeta. Pero para que este juego que él pregonaba pudiera ser efectivo, se necesitaba en el equipo de un jugador como Carlos Valderrama.

Según el director técnico, los futbolistas colombianos no eran buenos dribleadores ni de disparar con potencia fuera del área, por lo que debían basar su juego en el pase. ¿Y quién mejor que el samario para llevar a cabo esta idea de juego? Cabe precisar que después de esta legendaria selección Colombia, Maturana no ha podido reeditar con otros planteles su filosofía de juego. Algo que sí ha podido hacer su exayudante técnico Hernán Darío Gómez, mucho más pragmático y exitoso con otras selecciones y equipos.

Gareca-Cueva 
Con estos tres ejemplos (hay muchos más), se puede ahora explicar un factor fundamental que se aplica a la selección peruana. Y si bien ahora aparecen múltiples teorías sobre qué hizo clasificar al Perú luego de 36 años a un mundial, yo me inclino por priorizar un aspecto sobre los demás; que no es excluyente sino compatible con todos los otros planteados.

En el mes de septiembre, poco antes de que Perú juegue sus dos últimos partidos de la segunda ronda de eliminatorias ante Argentina y Colombia, apareció Claudio Pizarro declarando que, a sus 39 años, quería jugar con su selección en el mundial. Y al ser él la cara más visible de la última generación que fracasó en sus múltiples intentos por clasificar, no solo le preguntaron sobre su cuestionado rendimiento en la selección sino por qué ahora Perú sí jugaba bien.

Explicó por qué Perú ahora sí juega bien.
El ‘Bombardero’ contestó que cuestionarlo solo a él no tenía mucho sentido porque era toda la selección la que no funcionaba. Y con respecto al actual buen rendimiento de los incaicos, dijo que este se debía a que Perú jugaba ahora “a la peruana”, con la pelota al suelo, picardía y todo ello.

En lo particular, me interesa su segunda respuesta, pues la comparto. Y no se necesita ser un entendido para darse cuenta de ello. Habría que añadir que Perú incluyó otros elementos a su tradición estética, en un fútbol que es mucho más dinámico que hace 36 años, pero eso sería desviarnos del tema.

Lo principal es cómo Gareca logró imprimir esa 'peruanidad' en el equipo. Pues, para ello, debía encontrar a los ejecutores adecuados. Y el que más se asemejaba a ese ideal era Christian Cueva; pícaro y de toque fino. Tengamos en cuenta que muchos de los jugadores actuales ya habían formado parte de la selección con Markarián; y de los que han debutado con Gareca, el trujillano es el símbolo no solo de un estilo sino de una idiosincrasia.

Brujería heredada del Sr. de Sipán.
Y es que, seamos claros, si Gareca no llegaba al Perú, Cueva, en el mejor de los casos, estaría jugando en Alianza Lima y no en el Sao Paulo, y en el más realista, en Unión Comercio (junto a Reimond Manco, otro jugador de estilo peruanísimo, pero físicamente inelegible). Y Perú, pues otra vez estaría en el fondo de la tabla por querer jugar a la ‘uruguaya’. Felizmente, la historia es otra.

Francisco Estrada 
Barcelona, noviembre de 2017

No hay comentarios: