El fútbol y sus llamados ancestrales

Un juego de cazadores y de guerreros.
De vez en cuando leo algunos textos de sociología menor (o sea, de periodismo) donde se dice que toda la parafernalia que rodea al fútbol sublima esa inconsciente necesidad colectiva por la guerra.

Aquella necesidad, cuando se trata de conseguir cohesión, ha llevado a casi todos los líderes de la historia a buscar varios tipos de 'enemigos' a los cuales enfrentarse. La gama para escoger es amplísima: desde países o modelos económicos hasta etnias externas o del propio territorio; da igual si son terroristas o solo campesinos.

Algunos, por qué no, en base a los hechos, pueden ser un peligro real. Otros, a partir de campañas de desinformación, a pesar de ser inofensivos o hasta beneficiosos, pasan a ser considerados como amenazas.

Por otro lado, desde el punto de vista ritual, luego de miles de años de batallas entre aldeas, imperios y países, supongo que existe una información en nuestro código genético que se activa cuando se nos hace partícipes de una experiencia estética a partir de la guerra. En los albores de la humanidad, aquella comunión se hacía a través de narraciones épicas que, mediante la oralidad, podían obviar con mayor facilidad los horrores inherentes a la muerte violenta, y actualmente con cuidadosos montajes audiovisuales por parte de los medios de comunicación afines a los gobiernos.

El paseo de los vencedores por las plazas de las ciudades (como cuando el Barça gana la Champions) es un acto ritual que es tan ancestral como la humanidad misma. Y como ya se ha dicho hasta la saciedad, estos enfrentamientos Real Madrid vs. F.C. Barcelona son una sublimación de la histórica rivalidad entre ambas regiones, que en algún momento llegó a traducirse en bombardeos aéreos (sin sublimación alguna).


5:32 min: "No sabemos a qué nos enfrentamos,
pero es más fácil que sobrevivamos
si peleamos juntos". Vídeo motivacional
de Pep Guardiola en la final de Roma 2009.

También está la más moderna de las justificaciones para la guerra: la de reactivar economías en recesión. En ese aspecto, los políticos estadounidenses son los abanderados. De la misma forma, el fútbol no escapa a otros usos 'vanguardistas', como el gran negocio que supone... pero estos son temas más contemporáneos y no ancestrales.

El fútbol y la masculinidad
¿Qué es ser hombre? Independientemente de si es o no una pregunta con sentido, creo que es más productivo si primero nos cuestionamos qué es ser una persona. Sin embargo, pretender que solo somos almas etéreas es simplemente ridículo. Se sabe que, por cuestiones culturales, algunos impulsos o instintos son reprimidos, pero ello no impide que se les pueda reconocer cuando llaman a la puerta.

Hace unos días, conversaba con mi amigo Wilmar Cabrera (erudito del fútbol y del ciclismo, gran cronista deportivo y ahora novelista en busca de editor) sobre este tema de la masculinidad y el fútbol. Acerca de Wilmar debo comentar que, en un principio, cultivé su amistad no por cuestiones deportivas sino porque, cuando leí sus textos, noté que siempre ponía las comas y los puntos en el lugar preciso. ¡No fallaba! Alguien así debía ser mi amigo, así que por eso siempre lo llamo.

Y otra cosa: él me dice en broma 'Velásquez', como el gran defensa central peruano de los años 70 y 80 que, en su momento, tal vez era el mejor del mundo en su posición. Cuando yo era niño, quería ser Velásquez... Por eso, que de buenas a primeras alguien me llame así, pues me pone de buen humor. A todo esto, a él le dicen 'Gullit', como el genial mediocampista holandés de los años 90 (por su parecido físico).


José Velásquez, el 'Patrón'.
Últimamente, Wilmar y yo jugamos fútbol todos los jueves en cancha de césped artificial. Él sí sabe jugar; yo no... pero ese es otro tema. Lo interesante es que le estuve comentando hace unos días sobre la extraña sensación de juntarse solo con hombres y en grupo grande. Los jueves, somos entre 14 y 18 quienes conversamos, nos pateamos y luego seguimos conversando hasta que nos despedimos hasta el otro jueves.

Le dije a 'Gullit' lo bien que me sentía confraternizando, hablando de fútbol, de mujeres o contando chistes malos. El lenguaje que usamos y cómo nos referimos a nuestros temas de conversación no son los más correctos, pero se pasa muy bien el momento sin que nadie te juzgue por la falta de elegancia. Luego, durante el juego, la tensión, la adrenalina, la necesidad de jugar en conjunto y coordinadamente para poder enfrentar con éxito al rival, también me produce una sensación extraña... “Podría jurar”, le comenté a Gullit, "que, cuando juego, siento llamados remotos; primitivos".

Gullit coincidió conmigo y trajo a colación los primeros tiempos de la humanidad, donde el hombre tenía que salir en grupo a cazar y, en el camino, comer parte de lo cazado (carne). Las mujeres, en las cuevas y muchas veces preñadas, se quedaban protegiendo y transmitiendo conocimiento a sus hijos, y seguro que comiendo hortalizas y semillas hasta que llegara el hombre con las proteínas. Es por ello que, hasta ahora, los hombres nos inclinamos más por la carne que por las verduras o frutas, por ejemplo.

Luego reflexionamos sobre cómo la caza y la guerra, actividades grupales y que durante miles de años estuvieron reservadas a los hombres, generaron no solo el dimorfismo sexual actual sino alguna información en nuestro cerebro. Alguna chispita ahí escondida que, cuando es llamada, responde con la fuerza acumulada de miles de años.

Cero sublimación.
Recientemente se ha descubierto el 'gen guerrero' (MAO-A), uno de los causantes (junto con el contexto social) de que algunas personas sean más proclives a la violencia o las decisiones arriesgadas. Este gen solo afecta, como no, a los hombres, pues las mujeres son inmunes a sus influencias. Se calcula que un tercio de la población masculina posee este gen (no todos los que lo poseen son necesariamente violentos debido al gran peso que tiene la cultura en nuestro comportamiento, pero aun así hay una relación directa).

Esto es solo un ejemplo de cómo podemos estar condicionados por nuestra información genética, que de ser estimulada en determinadas situaciones, nos hace sentir de una forma u otra, cuando no pasar de la sensación a la acción directa.

Ahora son otros tiempos
Actualmente, la mujer está totalmente capacitada para la guerra gracias al armamento moderno (hasta el más 'feminista' de los antropólogos tendría que reconocer que, en tiempos primitivos, dejar la guerra en manos de las hembras de la tribu hubiera equivalido a la extinción de la aldea). Al mismo tiempo, los hombres de hoy pueden perfectamente, en caso la situación familiar se lo permita, quedarse en el hogar con los niños.

Tradicionalmente, salir de casa se ha visto como algo superior a quedarse en ella, por el simple hecho de que lo primero estaba asociado a lo masculino. A todo esto, cazar y pelear, por más que estén condicionados por la inteligencia y no tanto por la fuerza (los seres humanos son más peligrosos que los elefantes), lleva consigo una carga ligada a la brutalidad... Todo lo opuesto al mundo del hogar, donde se gesta la cultura de los seres humanos; su concepto de civilización. ¿Tomando en cuenta esto, cuál actividad sería 'superior' entonces?

En las sociedades modernas no se considera que una actividad sea mejor que la otra (dentro vs. fuera de casa), pues los roles hasta pueden invertirse... Pero negar que hay 'algo' en el ADN, un llamado de la 'selva' cuando, momentáneamente, se cumple con el cliché es, por lo menos, mentirse.

La metáfora del grupo cazador o guerrero puede llevarse a situaciones empresariales o, inclusive, artísticas, pero participar físicamente en experiencias de ese tipo más cercanas a las originales, sublimando las muertes de animales o personas con un gol o una buena jugada colectiva, creo que cumplen con estimular algunas zonas del ADN que no está mal escarbar de vez en cuando. 

Invertir otra concepción, como es la de asociar lo primitivo con lo malo y lo moderno con lo bueno, es una gran experiencia que vale la pena practicar. Estimula.

Francisco Estrada (Barcelona, 29 de agosto de 2011)

La nueva imagen 'anti' de la Blackberry

Más black y menos berry.
Imaginemos que el presidente de Estados Unidos, con camisa blanca de mangas cortas y casco de obrero, reuniera a la prensa para hacer un anuncio sobre un tema muy técnico (un derrame de crudo, por ejemplo). Para la ocasión, sus asesores de imagen tendrían que haber preparado una puesta en escena muy coherente... hasta que sonara el móvil de Obama y este se pusiera a abrir y cerrar ventanitas en una pantalla táctil, cual Paris Hilton histérica. Por supuesto, semejante aberración jamás ocurriría, pues él es el usuario más famoso de la Blackberry.

No he podido encontrar en Internet un estudio de mercado riguroso sobre los perfiles de consumidores que mejor se adecuan a las compañías que simbólicamente dominan el mercado de smartphones, Iphone y Blackberry, pero está más o menos claro que mientras el primero suele ser asociado a un público más 'fashion', el segundo, a uno más 'pragmático'. Aclaro que este dominio del mercado es simbólico pues, en ventas, el anodino Nokia manda... Yo tengo un Nokia, por ejemplo.

Como ya es costumbre en este blog, relacionaremos ambas características ('fashion' y 'pragmático') a los eternos opuestos simbólicos de la humanidad: femenino vs. masculino. Y como ya se ha repetido aquí (y se seguirá haciendo), aclaramos que estos factores trascienden el género y la sexualidad.

Quién es quién
Con esta advertencia previa, podemos decir que el Iphone tiene 'usuarias', que si además se ponen minifalda y exhiben buenas piernas, su coherencia es total. Y si se rocían perfume, pues más coherencia aun en ellas. En su lado opuesto, la Blackberry tiene 'usuarios' que producen y no diseñan. Ellos se ponen pantalones largos (pues no necesitan mostrar su cuerpo), aunque sí hacen alarde de una tarjeta de débito que, como su masculinidad, siempre debe estar funcionando (si algún lector ha relacionado el verbo 'funcionar' con temas fálico/viagrales, pues lo felicito por su perspicacia).

Es por ello que, observador y maniático como a veces me pongo (o sea como siempre, según las malas lenguas), respiré con alivio cuando me di cuenta de que uno de mis mejores amigos (inteligentísimo, exitoso y guapo) tenía una Blackberry en el sofá de su piso. “Todo encaja”, pensé, y pudimos seguir cenando tranquilos sin que yo tuviera que empezar a armar un rompecabezas de haber tenido él un smartphone que fuera incoherente con su 'estilo' (siempre jugando, según yo).

Aquella anécdota me sucedió hace poco, en pleno estallido de los disturbios en Londres, donde la Blackberry fue protagonista entre los revoltosos. En ese preciso momento, pensaba que esta marca empezaba a pintarse tan icónicamente rebelde como una guitarra eléctrica. Y más que eso, porque se estaba vistiendo de atributos de oscuridad, marginalidad y amenaza; suburbio, pandilla y gueto; canalla, macarra y barra brava.

Ni pensarlo dos veces: Iphone seguro.
Y asocié con más fuerza estas características al producto cuando un amigo (europeo y rubio) me dijo hace pocos días, con ironía, que se asustó conmigo cuando me vio sacar, en medio de la noche, un móvil (mi Nokia imita la estética del Blackberry). Yo, inmigrante y todo lo opuesto a rubio, y con antecedentes marginales, no tuve más remedio que tranquilizarlo: “No te preocupes, que esta noche no estoy coordinando disturbios”.
 
Esta semana, salió en el diario El País un artículo muy bueno de John Carlin que pensé iba a robarme el tema que yo quería plantear esta semana en mi blog. Su título, Sartre y el Iphone, daba pistas de ello. En una parte, se lee:La adultez y el iPhone son dos conceptos contradictorios. El iPhone es un juguete para gente grande. La Blackberry (femenina, por cierto, señal ya de una madurez superior) es un aparato práctico”. Y remata diciendo que tanto Collete como Capote usarían Iphone, mientras que los “pesos pesados” Sartre y Beauvoir se decantarían por la Blackberry. 

Por cierto, cuando Carlín llama "femenina" a la Blackberry, no está profundizando mucho en este concepto, pues apenas se trata de una referencia humorística al caprichoso género castellano del artículo (la) que acompaña al sustantivo aludido, algo que en inglés ni siquiera existe.

Felizmente, la citada columna de opinión no me "robaba" lo que pensaba plantear en este post, pues más bien recreaba con ingenio y muy buen gusto las características ya asociadas desde hace un par de años a los usuarios de ambas marcas. En cambio, lo que en este blog queremos enfatizar es la nueva imagen que la Blackberry podría tener luego de los lamentables sucesos en Londres. 

Si estos nuevos atributos estuvieran acompañados de una inteligente campaña publicitaria, se podría relanzar el concepto de la franquicia estrella de Research in Motion (RIM) versus la de Apple, encapsulando para beneficio propio a un nicho de mercado 'juvenil' que no tiene como referente a Lady Gaga (ni a lo 'moderno'). A todo esto, el gigante de la manzana está anunciando a los cuatro vientos que este año le ganará a su oscuro competidor, despojándolo del segundo lugar en cuanto a ventas mundiales.

Para dejar las cosas claras
¿Se podría pensar en James Bond abriendo ventanitas, aplicaciones y demás cosas? Eso sería más para el Superagente 86, donde la pantalla táctil se convertiría en la invitación perfecta para que este incurriera en más desatinos en medio de situaciones de alta tensión. Por la morfología del Iphone, los revoltosos en Londres, huyendo de la policía en tiempo real, hubieran tenido mayores dificultades para coordinar; más allá de que la Blackberry contara con un encriptado servicio de mensajería.

Que el mundo no es negro o blanco sino con muchos matices, sí, pero el márketing funciona creándonos la ilusión de que no es así. Y es mediante este truco que se puede vender industrialmente en desmedro de lo personalizado; lo artesanal. ¿Se dormirá Blackberry? Vamos, que si así sucede no será por ética sino por no saber subirse a las olas cuando estas son favorables. Algo que Steve Jobs sí hace a la perfección. A esperar...

Francisco Estrada (Barcelona, 22 de agosto de 2011).

El próximo discurso de Obama

El mundo no volverá a ser igual.
  • Tal parece que luego de haber 'salvado' la economía de EE.UU. con dinero que no existe, Barack Obama se siente con el impulso suficiente para seguir pensando en más reformas del mismo estilo.
  • Según informes de la CIA, se hace inminente que, por la crisis, la ola de protestas globales se extienda a EE.UU. Por lo tanto, el objetivo inmediato del presidente estadounidense es evitar que esto ocurra.
  • Este blog ha tenido acceso, en exclusiva, al discurso que pronunciará dentro de pocos días en horas nocturnas, para tener más margen de maniobra en caso se generen disturbios.

"Buenas noches, América.

Es un honor para mí dirigirme a todos vosotros en este momento histórico. Las medidas que os detallaré en breve serán recordadas en el futuro como una de las tantas gestas de los Estados Unidos de América; una nación que está destinada a seguir marcando la pauta para la humanidad en este nuevo siglo... y en los que vendrán. 

Este flamante hito histórico, bautizado por el equipo económico bajo mi dirección como “Operación Dinero Infinito”, tiene como objetivo que nuestros hogares recuperen la confianza; más allá de lo que digan los bancos. No, ya no les pediremos que queremos de vuelta nuestro dinero; no. Ya no lo necesitaremos... pero, antes, dejadme explicaros el contexto que nos ha llevado a reformular el orden mundial.

Compatriotas, ciudadanos del mundo: el sistema financiero se cae a pedazos, las bolsas entran en pánico, las revueltas cunden por doquier tanto en las calles del primer mundo como en los países pobres y los rescates financieros caen en saco roto... Pero América siempre logra todo lo que se propone, y su luz brillará entre las tinieblas como lo hizo al día siguiente del 11-S. Porque somos una nación orgullosa; la que inventó Facebook y Google... Somos el país de la innovación.

Es por ello para mí una gran satisfacción, en calidad de presidente y de Comandante en Jefe de los Estados Unidos de América, declarar, unilateralmente, la muerte del sistema Breton Woods que hasta el día de hoy nos regía comercial y financieramente, y que es causa de todo el malestar mundial. Un malestar que está amenazando con tocar nuestras puertas, como en su momento quiso hacerlo el comunismo, al cual derrotamos; y el terrorismo, al cual también estamos derrotando. Y porque, repito como hace unos días, siempre seremos 'Triple A'. 

A continuación, enumero las cinco medidas que harán solventes a todos los hogares estadounidenes, demostrándoles a los chinos* que no importa lo que ellos hagan, porque América siempre será la número 1.

*En el preciso momento en que el presidente Barack Obama pronuncie la palabra "chinos", se tiene previsto que él debe mirar a la cámara, y erguir el dedo medio de su mano izquierda con risa sarcástica.

  • Declaro que, a partir de ahora, los billetes del popular juego Monopoly son válidos para comprar y vender... Es decir, para intercambiar productos según su valor monetario. Estos billetes serán equivalentes a los de dólar. Con ello dispararemos el consumo y, por consiguiente, la producción.
  • La casita de la Barbie será como un bono, el cual simbolizará que, en efecto, se posee una propiedad. Con ello, será posible ofrecerla como garantía para pedir préstamos online. Repito: online. No será factible obtener billetes físicos, pero sí verlos en la pantalla de vuestros ordenadores y disponer de ellos como bien queráis hacerlo... pero todo online.
  • Los electrodomésticos, muebles y demás enceres de los muñecos Playmobil podrán empeñarse y traducirse en dinero online; igual que en el punto anterior.
  • Para que todo esto sea posible, declaro la estatización de la banca en territorio americano y la fundación del “Nuevo Banco Online de los Estados Unidos de América”.
  • Finalmente, para llevar a cabo estas reformas, he decidido disolver, repito, disolver el Senado y la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos de América y convocar a nuevas elecciones para redactar una nueva constitución acorde a los nuevos tiempos.

Gracias, pueblo americano. Que Dios los bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América (God Bless America)".

Francisco Estrada (Barcelona , 14 de agoso de 2011).

La importancia del Verbo en Godard... a pesar de las imágenes

Solo hablando se podían entender.
Uno de los mejores inicios literarios que recuerdo es el del Evangelio según San Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y Dios era el Verbo”. Las múltiples posibilidades interpretivas de esta frase son las que le confieren una belleza especial.

Ahora que, gracias a Internet, tengo una biblioteca fabulosa con un solo 'clic' (yendo de una ventana a otra sin un punto fijo, para desesperación de Mario Vargas Llosa), he podido no solo leer los acalorados debates en torno a la correcta traducción de esta frase (hay decenas de versiones) sino a lo que ello conlleva: su gramática original.

Y si la gramática está en juego, todo su sentido también, pues dependiendo de la traducción usada, podríamos concluir, interpretando únicamente a su supuesto autor, San Juan, que existen varios dioses... o solo uno. Y esto es apenas el principio de la confusión.

Sabía yo muy superficialmente que el texto más antiguo sobre este libro estaba escrito en “griego antiguo” (aproximadamente en el 90 D.C.), pero recién ahora me entero con más especificidad que este es una variante conocida como koine (el más popular e internacional en su momento... hace 2000 años). 

Imaginando una mejor traducción
En la intrigante frase aludida, la palabra original para “verbo” o es la griega “logos”. Y, en principio, "logos" no tendría por qué traducirse como “verbo” (la primera traducción al latín se hace un siglo después de redactado el evangelio utilizando “verbum”, que gracias a los tiempos modernos se transformó en “palabra” en las Biblias de hostal). 

Como también sucede actualmente, las palabras, según su contexto y autor, podían tener distintos significados. Y “logos”, en el antiguo griego, podía traducirse como “consciencia”, “conocimiento”, “inteligencia” y hasta “realidad”.

Imaginemos una traducción como “En el principio era el Conocimiento, y el Conocimiento estaba con Dios, y Dios era el Conocimiento”. ¡Eureka! Ahora se entiende mejor, ¿no? ¿O es solo mi idea? O sea, desde un punto de vista judeocristiano, tiene más sentido pensar en que la “sustancia” creadora era un “conocimiento” o “consciencia” indivisible con Dios.

Por lo menos, “conocimiento” o “inteligencia” está más claro que “verbo” o “palabra”, aunque, valgan verdades, una vez que la frase se hace inteligible, esta pierde algo de su encanto; algo de su misteriosa poética. ¿Pero cómo pudo haberse dado, entonces, en la cabeza de alguien esa asociación palabra-verbo-conocimiento-consciencia? 

 
Nunca me había puesto a pensar en ello hasta que, debido a un diálogo recientemente escuchado en una película de Jean Luc Godard, Vibre sa vie (1962), un filósofo de cafetería parisina (en la vida real, el filósofo Brice Parain, especialista en temas del lenguaje) le dice a Nana (Anna Karina) que no se puede distinguir el pensamiento de las palabras que lo expresan. Que la esencia del ser humano es pensar y comunicar y, por lo tanto, se hace necesario aprender a usar las palabras para que estas expresen lo que se quiere decir y hacer.

Para lograrlo, el filósofo dice que es necesario renunciar a la ganancia inmediata del día a día; arriesgarse, equivocarse. Es decir, morir... pero morir a una vida elemental y cotidiana para elevarse a una superior ligada al pensamiento. El filósofo no duda en comparar el silencio con la muerte y a la palabra con la vida. Aprender a usar las palabras es, pues, primero morir y después resucitar... pero advirtiendo que este logro está necesariamente relacionado con no herir ni hacer daño con las palabras.

Por lo tanto, si la palabra o el verbo son el pensamiento (una de las acepciones del “logos” griego), bien podría entenderse aquella traducción al latín hecha cien años después de escrito el evangelio en cuestión. Que luego ciertos teólogos quisieran probar con esta frase que Jesucristo y Dios eran un solo ser, aprovechando que la palabra “verbum” era mucho más proclive a la opalescencia y, por lo tanto, a la libre interpretación (supongo), es otro cuento.

Una de las tantas claves para realizarnos como seres humanos sería el dominio de las palabras para pensar; poderosa herramienta tanto para hacer el bien como el mal, pero poderosa herramienta al fin y al cabo. A través del diálogo introspectivo o colectivo es que pensamos, nos elevamos y podemos dar solución a nuestros problemas individuales como de sociedad. Y sin herir... si un filósofo técnicamente obsesionado con el lenguaje como Parain recomienda esta característica de la palabra, es por algo. A que sí. 

Francisco Estrada (Barcelona, 8 de agosto de 2011)