Ganador de la primera vuelta: el maestro Alan García

El Caballo de Troya de Alan García 
en estas elecciones fue un ingenuo PPK.
Para Descartes, el ‘genio maligno’ era algo así como el abogado del diablo que toda consciencia sana debía tener; esa capacidad de autocrítica que nos hace avanzar y no empozarnos... pero, para los peruanos, el ‘genio maligno’ (aunque sin reportar beneficios cartesianos al país) tiene nombre y apellido: Alan García.

Al actual presidente peruano, acertadamente apodado como ‘Alan Damián’ (en alusión al personaje maléfico de la película La profecía, luego de haber destrozado al país durante su primer gobierno), también se le reconoce su genialidad para moverse como pez en el agua en las cloacas de la política (actividad que no solo es el arte de seducir para llegar al poder sino ejercitar un buen gobierno, aspecto éste que siempre ha sido relegado a un segundo plano por García).

Luego de los escándalos de corrupción en su segundo gobierno (que les costó el trabajo a muchos periodistas que denunciaron los sucesos), García ha quedado seriamente preocupado con la posibilidad de que posteriormente se procesara a quienes participaron en estos hechos dolosos. Para que esto no ocurriera, las cartas bajo la manga de García han sido los candidatos a la presidencia Luis Castañeda Lossio y Keiko Fujimori. Ambos, con sendos prontuarios de corrupción sobre sus hombros.

García prefería a Castañeda, quien en todas las encuestas aparecía como ganador en eventuales segundas vueltas electorales, pero al desinflársele esta opción (debido a las carencias como candidato del ex alcalde), había que meter las manos al fuego por Keiko Fujimori, con quien el partido aprista tiene una sólida alianza (escuchar comentarios del destacado analista Nelson Manrique).

Teniendo en cuenta el panorama, donde todo indicaba hace unas semanas que Toledo y Ollanta Humala pasarían a la segunda vuelta, vino la imperiosa necesidad para García de meter a Keiko Fujimori en la pelea y, para ello, solo había que darle un impulso al bajón que Toledo iba teniendo (en gran parte por sus propios errores y mínimamente por los ataques del Gobierno).



Repetimos: ¿El objetivo inmediato de García? Que Alejandro Toledo no dejara de caer en las encuestas. Y para ello, ahí estaba el candidato Pedro-Pablo Kuczynski (ver vídeo), que, desde un principio, se había propuesto –legítimamente– sacar votos a Toledo. Alan García movió sus fichas y el 18 de marzo se reunió con PPK en casa del publicista aprista Hugo Otero.

Según el mismo PPK, en esa reunión le aconsejaron que se exprese “con sencillez ante el pueblo”. Luego, el secretario general del partido gobernante, APRA, confirmaría la preferencia por la candidatura de PPK, lo cual fue seguido simbólicamente el viernes 8 de abril (dos días antes de las elecciones) por Alan García haciendo como si tocara la flauta en una celebración en Palacio de Gobierno (PPK es flautista).

La pregunta legítima es si, tras bambalinas, el APRA tuvo un apoyo más concreto hacia PPK más allá de las declaraciones públicas. Puede ser que no, pero lo más probable es que, dado cómo se ha comportado el partido gobernante tratando de dinamitar la candidatura de Toledo, es que, en efecto, algo debe haber hecho para favorecer a PPK.  

Tontos útiles
Al final, el aproximado 4% que Pedro-Pablo Kuczynski (PPK) subió en la última semana fue, sospechosamente, el mismo porcentaje que Alejando Toledo bajó. Y escribo ‘sospechosamente’ no solo por la cifra sino porque hace varios días que PPK se había estancado en su crecimiento sin poder pasar del 15% (no podía penetrar en los sectores más pobres del Perú), a la vez que Toledo había frenado su caída (aunque siempre por debajo de Keiko Fujimori).

"Compadre, tú sigue quitándole votos a Toledo nomás".
Sacar conclusiones de lo que pasó en esa semana que no se publicaron escrutinios en el Perú es muy fácil, teniendo en cuenta que se multiplicaron las falsas encuestas por Internet y tanto los post de Facebook como los ‘tweets’ hicieron eco de ello. La campaña de desinformación incluyó una ‘clonación’ de la página web del diario El Comercio donde se decía que Alejandro Toledo había declinado su candidatura y la afirmación por parte de PPK diciendo que Mario Vargas Llosa le había pedido que retirara su candidatura, contestando aquél que “no renuncia el que va subiendo”. Posteriormente, el Nobel desmintió a PPK.

Como resultado, algunos ‘toledistas’ creyeron que su candidato se desinflaba y cambiaron su voto a favor de PPK, pues prefirieron eso a que Keiko Fujimori pasara a la segunda vuelta. En este caso, quedó demostrado que la ingenuidad no solo es propiedad de los sectores más deprimidos del Perú sino que esta atraviesa todas sus clases sociales. 

Cabe mencionar que los peruanos tenemos un selecto consejo de ancianos, o de sabios (que es casi lo mismo), quienes no se dejaron manipular y declararon públicamente su apoyo a Alejandro Toledo (ningún santo, pero reconocido demócrata). Entre otras cosas, este apoyo se debía a que, según las encuestas, al único candidato que Ollanta Humala le ganaba en una hipotética segunda vuelta era a PPK. Pero no, pudo más el fanatismo, el egoísmo y muchos bajos instintos tanto de candidatos (PPK, Toledo y Castañeda tenían hipotecadas sus candidaturas) como de electores. Ello, combinado con el 'genio maligno', resultó en lo que ahora tenemos como candidatos a la segunda vuelta.

Como espectadores, ahora solo nos queda ver qué nuevas 'genialidades' nos tendrá preparadas García para asegurarse de que Keiko Fujimori sea la nueva presidenta del Perú… porque así como presumiblemente Toledo hubiera dado luz verde a todos los procesos por corrupción de los apristas... con Humala, a García solo le quedaría esperar la horca.

Francisco Estrada (Barcelona, 11 de abril de 2011)

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