Así se ganan votos en el Perú (foto izquierda: Correo). |
“¿En qué momento se jodió el Perú?” es la pregunta más citada de la literatura peruana. De la fecha exacta en que eso pasó no tengo idea, pero sí de la circunstancia: cuando todos nos pusimos de acuerdo en que al ‘vivo’ había que celebrarlo. Esa persona a la que le suda olímpicamente el honor, el respeto hacia los demás o su palabra para conseguir sus metas es el ‘vivo’. Nos jodimos cuando, en vez de aislar, expulsar o de encerrar en la cárcel a esa persona, decidimos ubicarla en un altar.
Nos cuesta, como peruanos, darnos cuenta de que mientras mejor esté la gente a nuestro alrededor, mejor estará uno. El ‘vivo’ tiene que ver a todos derrotados para sobresalir gracias a las ‘lornas’ (nerds, capullos) que han tenido la mala suerte de cruzarse en su camino. Lamentablemente, no son pocos en el Perú quienes ostentan un vergonzoso grado de bienestar a costa de los demás. Que esto no es exclusividad peruana, ya lo sé, pero las tradicionales relaciones económicas entre 'jefes' y 'empleados', en el Perú y Latinoamérica en general, son mucho (mucho) más nauseabundas que en el mundo desarrollado. ¿Alguien ha asociado la palabra “inmigración” con aquello? Pues por ahí va el asunto.
Mal de amores
Peruanitos enamorados dándolo todo (foto: Francisco Estrada). |
PPK es un vivo. Y su lorna siempre ha sido el Perú… aquella piñata a la cual hay que ir reventando de vez en cuando para beneficio propio. Sin embargo, lo más patético es que, si bien subrepticiamente, PPK ha lucrado deslealmente con el Perú desde hace 40 años, ahora estamos ante la posibilidad de que se le otorgue mediante su elección como Presidente de la República el premio a haber sido tan vivo (para que ahora lo sea más).
El repunte PPK: del 5% al 16%
En un país donde un candidato presidencial puede salir elegido después de hacer el baile del teteo (Alan García), refregarse con una vedette en su propaganda electoral (Alberto Fujimori) o echar en cara amoríos a las periodistas que lo colocan en aprietos (Alejandro Toledo), es claro cuál es la estrategia a seguir: ser un puto hortera (pacharaco, dicho en peruano; guiso, dicho en colombiano; naco, dicho en mexicano, etc.). Así no lo seas, igual debes demostrarle a esa “manada” de peruanos que eres del ‘pueblo’.
Haz reír a un peruano, y te eligirá a pesar de que le hayas destruído el país antes. |
Ojo, quien hizo estas cosas (y más) en su campaña no es un personaje estrambótico del tercer mundo; de una cultura exótica, no. Es hijo de un médico polaco y de una profesora de música francesa (PPK es primo de Jean-Luc Godard), y ha estudiado en prestigiosas escuelas y universidades europeas. Lo que pasa es que PPK es un vivo: o sea, un ganador. Y si ha postulado a la presidencia, es para ganarla; ni más faltaba. Y si para eso tiene que darle al pueblo (incluyo a los ‘refinados’ estratos A y B) basura, pues se la dará. Perrea, PPK, perrea…
¿Ahora, por qué alguien tan ‘peruanaaazo’ no renuncia a su nacionalidad estadounidense? Lo pregunto porque para ser de ese país hay que tenerle una fidelidad exclusiva, según lo que indica su constitución. Respuesta: porque no puede. Porque así como ha sido lacra con el Perú, también lo ha sido en EE.UU., y los gringos se la quieren cobrar… Y PPK necesita pagar… ¿Siendo presidente del Perú?
Francisco Estrada (Barcelona, 28 de marzo de 2011)
2 comentarios:
Hace rato estoy harto de los vivos, los criollazos dicen, los abusivos del buen rollo de los demás. Así como grupo nunca saldrá el Perú adelante, un individualismo maleado es que el impera. Está en roche PPK, no?
Hola! Compartimos el mismo hartazgo. Y, en este caso, una sensacion de derrota muy fuerte: no nos cansamos los peruanos de hacer de lornas y de elegir al que mas se pueda burlar de nosotros. No aprendemos, parece una maldicion.
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