OsAMA salva a ObAMA

Bin Laden era una pieza más en el ajedrez político estadounidense.
Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos serán el 6 de noviembre de 2012, donde, hasta el día de hoy, Barak Obama tenía todas las de perder. Ante la pregunta hecha por la encuestadora Gallup este 16 de abril de 2011, “¿Aprueba o desaprueba la gestión de Barak Obama como presidente?”, los resultados eran de 41% de apoyo y 48% de rechazo.

Estas eran cifras nada auspiciosas para el futuro candidato de los demócratas, pero muy apreciadas entre los republicanos, quienes a día de hoy tienen 14 precandidatos presidenciales; entre ellos, dos afroamericanos y un activista proderechos gay.  

Ahora, con la muerte de Osama Bin Laden, la estropeada popularidad del presidente estadounidense se disparará y dependerá de la habilidad de su equipo de publicistas para que esta se mantenga en alza hasta el próximo año. Al mismo tiempo, el manejo económico del actual Gobierno debe concretar algunos signos de recuperación a futuro, con los cuales poder llamar a la esperanza. Como se sabe, esperar que los estadounidenses perciban mejorías concretas antes de dos años es imposible, pero sí es factible suministrarles un poco de fe respaldada por signos aislados de recuperación.

La estrategia
Barak Obama, apenas dio su discurso hoy, a las 5 a.m. (hora de España), ha recalcado no solo que la operación de asalto a Bin Laden estaba “bajo su dirección” (voz gramatical casi pasiva, según la jerga de los políticos, que no es lo mismo a decir “dirigida por mí”) y que él dio la orden de ataque. Además, arengó a sus compatriotas diciendo que “Estados Unidos, tarde o temprano, siempre logra todo lo que se propone”.

En su discurso, Obama ha juntado dos elementos, uno en singular (para dejar claro quién es el líder) y otro en plural (para hacer partícipes y dar en la yema del orgullo a quienes lo sigan):

1. Yo, Barak Obama, maté a Osama Bin Laden.
2. Estados Unidos ("nosotros", los estadounidenses) logramos lo que nos nos proponemos (matar a Osama Bin Laden y muchas otras cosas más).

Bush, el padre político de Bin Laden.
Este es el inicio de una campaña publicitaria donde el mensaje principal será que el líder, Barak Obama, junto con sus heroicos seguidores, podrán salir de esta crisis económica… al igual que como fueron capaces de hacer “justicia” a miles de kilómetros de sus fronteras (oficiales).

Suspicacias
Llamaba mucho la atención que no se diera con el paradero de Osama Bin Laden teniendo en cuenta la tecnología estadounidense; de la que sabemos con certeza que es capaz de fotografiar y reconocer personas desde sus satélites. Con respecto a lo que pueda ser ciencia ficción (o no), como el supuesto avión-mosquito que puede tomar fotos (a estas alturas, cualquier cosa puede creerse), mejor dejarlo ahí, pero la demora que nunca ocurrió con otros personajes como Manuel Noriega o Saddam Hussein, ya era más que sospechosa.

Es por ello que, bajo un gobierno como el de George W. Bush, sustentado por el miedo, muchos analistas veían como necesaria la figura de un Osama Bin Laden, pues solo así podía justificarse, en el imaginario colectivo, es decir, desde la publicidad, la guerra en que se había metido Estados Unidos.

Con el anuncio de Barak Obama de acabar con la guerra en Irak (una de las razones por las cuales ganó la presidencia) y su caída en las encuestas, se hacía necesaria la aparición de un milagro… como la captura y muerte de Osama Bin Laden, el enemigo público número uno de la primera potencia mundial.

El efecto Osama puede durar. Con la captura en 1992 de Abimael Guzmán Reynoso, líder del grupo terrorista Sendero Luminoso, el ex presidente peruano Alberto Fujimori aseguró su reelección en 1995. Para ello, fue fundamental que Fujimori se atribuyera la captura, a pesar de que la noticia le fue comunicada cuando él se encontraba pescando a cientos de kilómetros y que la labor del comando que lo capturó, el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), se distanciara mucho de la estrategia con la cual él y Vladimiro Montesinos pretendían luchar contra el terrorismo: los grupos urbanos paramilitares.

Salvando las distancias de todo tipo, Obama, al igual que Fujimori, ya golpeó primero: él dijo que capturó a Osama (así haya estado durmiendo con Michelle a pata tendida durante la operación). Toda la contracampaña que pueda hacérsele, llegará muy tarde. Así que, una vez más, todo indica que Osama definirá una presidencia en Estados Unidos. ¿Cuál será el próximo monigote que ocupará su lugar?

Francisco Estrada (Barcelona, 2 de mayo de 2012)

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